sábado, 10 de mayo de 2008

MAESTRÍA EN LA GESTIÓN DE ORGANIZACIONES. UN MODELO OPERATIVO DE COMPETENCIAS

Cuando los profesionales ocupan puestos de liderazgo, su operativa tiene que ser eficaz en todas las áreas de los valores competitivos. La conceptualización no es suficiente; tienen que ser capaces de actuar. Es decir, tienen que tener las competencias conductuales que les permitan operar en la organización de manera adecuada. A continuación se describirán los roles competitivos que los directivos desempeñan en sus organizaciones según los distintos modelos que explican la gestión:

El modelo del objetivo racional

En este modelo se identifican dos clases de roles el de director y el de productor. En su calidad de director, el directivo tiene que clarificar las expectativas mediante procesos tales como la planificación y fijación de objetivos; ha de ser un iniciador resuelto que define los roles y las tareas, genera las normas y políticas y da las instrucciones. Por otro lado, los productores deben estar orientados a la tarea y centrados en el trabajo, tener unos niveles elevados de interés, motivación, energía y carisma. Se supone que aceptan la responsabilidad, terminan las tareas y mantienen un nivel alto de productividad personal. Por lo general, esto incluye motivar a los demás miembros para poder aumentar la producción y alcanzar los objetivos fijados.

El modelo del proceso interno


Dentro de este modelo el director asume los roles de monitor y coordinador. En el rol de monitor, se espera que el directivo esté al día de todo lo que sucede en su unidad de trabajo y compruebe si las personas cumplen las normas y la unidad cumple su cuota. El monitor conoce todos los hechos y detalles y es un buen analista. Las características de este rol son la preferencia por los trabajadores administrativos, por buscar y facilitar información rutinaria, realizar inspecciones y visitas y autorizar revisiones de los informes y demás documentos. En el rol de coordinador, el directivo debe mantener la estructura y el flujo del sistema. La persona que desempeña este rol debe ser digna de confianza y veraz. Sus rasgos conductuales incluyen diversas formas de facilitar el trabajo tales como, por ejemplo, la programación, la organización y la coordinación del personal, la solución de situaciones de crisis; también es responsable de los temas tecnológicos, logísticos y de mantenimiento.

El modelo de relaciones humanas

Los roles de este modelo son el de facilitador y mentor. El facilitador debe fomentar el esfuerzo colectivo, lograr la unión y el trabajo en equipo y gestionar los conflictos interpersonales. En este rol, el directivo se orienta al proceso. Los comportamientos esperados incluyen intervenir ante las diferencias personales, aplicando técnicas de reducción del conflicto, desarrollar la unión y la moral, logar el input y la participación, y facilitar la resolución de problemas del grupo. El mentor participa en el desarrollo del personal mediante la empatía y el interés. Podemos llamarlo el rol humano comprometido. En este rol, el directivo es colaborador, considerado, sensible, asequible, abierto y equitativo. En el desempeño de su rol, el directivo escucha activamente, apoya las peticiones legítimas, reconoce los méritos y transmite elogios. Las personas son recursos que hay que desarrollar. El directivo facilita la creación de destrezas, ofrece las oportunidades de formación y planifica el desarrollo individual de sus subordinados.

El modelo de sistemas abiertos

Los roles que reflejan los valores de este modelo son los de innovador y “broker”. Como innovador, el directivo debe facilitar la adaptación y el cambio. El innovador presta atención al entorno en permanente cambio, identifica las tendencias más importantes, conceptualiza y proyecta los cambios necesarios y tolera la incertidumbre y el riesgo. En este rol, el directivo debe apoyarse en la inducción, las ideas y las intuiciones. Deben ser creativos, soñadores inteligentes capaces de prever el futuro, visionar la innovación, presentarla de forma atractiva y convencer a los demás de su necesidad y conveniencia. El broker se interesa especialmente por el mantenimiento de la legitimidad externa y la obtención de los recursos externos. La imagen, la apariencia y la reputación son importantes. Los directivos, en su rol de brokers, tienen que ser astutos, desde el punto de vista político, persuasivos, influyentes y poderosos. Se reúnen con personas ajenas a la unidad con objeto de representar, negociar y adquirir recursos; comercializan, actúan como enlace y portavoz (Quin-Seu & Thompson, 1995).





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